Los beneficios de tomar cerveza

Se acerca el buen tiempo y nadie renuncia a tomarse una caña en una terraza para mitigar los efectos de las altas temperaturas. Tomar cerveza helada los fines de semana aunque no lo creas tienen sus beneficios. Aquí se lo diremos:

Pese a todo lo que digan, la cerveza es una de las bebidas que menos engorda, sobre todo si tenemos en cuenta que los refrescos o los combinados con alcohol de alta graduación tienen muchas más calorías. Así que si eres uno hombre al que le guste cuidarse no dudes en disfrutar de una caña ya que te puedes aprovechar de los beneficios de la cerveza.

Al igual que pasa con el vino, la cerveza en un consumo moderado reporta una serie de beneficios para nuestro organismo. Hablamos de tomarse una o dos cañas al día. En primer lugar ayuda a prevenir enfermedades arteriales y vasculares, además de frenar la diabetes y rebajar el colesterol ‘malo’. Así lo reconoce el doctor del Hospital Clínico de Barcelona Ramón Estruch.

Más beneficios de tomar cerveza

Si seguimos enumerando sus beneficios veremos como esta bebida favorece a la reducción de ataques cardíacos y gracias a la presencia de silicio nos reportará ventajas para nuestra estructura ósea. También facilitan el aumento del nivel de los leucocitos permitiendo mejorar nuestra respuesta inmune contra las enfermedades infecciosas, además de contar con propiedades antiinflamatorias, que permiten combatir la soriasis o la osteoporosis.

Además, si eres de los que practicas deporte con asiduidad la cerveza es una bebida propicia para hidratarse correctamente después del ejercicio, que desempeña unas funciones similares a las del agua.  Porque seguro que en esta época intentas ponerte en forma.

También tienes la posibilidad de disfrutar de una cerveza sin alcohol, ideal si tienes que coger tu coche para conducir, aprovechándote de todos sus beneficios de igual manera.

Diversas investigaciones han echado por tierra esas creencias que señalaban a la cerveza como uno de los causantes de la aparición de las barrigas, sobre todo en los hombres. Más bien se vincula este hecho a la falta de actividad física, el estrés o al tabaquismo.